* Heineken se considera parte integral de la comunidad donde opera. El significado de esta frase va más allá que el simple respeto de leyes y reglas de los Países en donde trabajamos. Primero que nada, de hecho, Heineken reconoce la importancia de la dignidad humana y de los derechos que son la base de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Todo esto significa que tenemos un respeto profundo por las diversas gente y culturas. Somos totalmente concientes de nuestra responsabilidad dentro del ambiente que nos rodea.
De "Il Corriere delle Alpi" del viernes 24 de septiembre 2004:
Quien escribe es un trabajador de aquella histórica fábrica de cerveza conocida en toda Italia. Una de las pocas que aún puede seguir llamándose así en este País. Un patrimonio para la sociedad en la cual esta insertada, un patrimonio profesional y cultural como pocos, aun presentes en este ramo de actividad.
Más de cien años de historia han acompañado el desarrollo de este establecimiento y con el la comunidad y sus alrededores han crecido, se han desarrollado, se han enriquecido, naturalmente no solo económicamente viviendo un crecimiento importante. En estos días se nos ha comunicado que la empresa propietaria (la usual "multinacional") ha decidido terminar las actividades productivas en la fábrica de Pedavena. Los motivos comunicados son del tipo no muy específicos como "soluciones estratégicas".
La fábrica de Pedavena ha sido desde siempre una referencia para todo el grupo Heineken Italia; aquí se han formado cerveceros y técnicos que después han portado su "oficio" de producir cerveza en los demás sitios de el grupo; aquí se han creado y perfeccionado prácticamente todas las recetas de las cervezas presentes en el mercado vendidas con las varias marcas de propiedad de Heineken. Siempre hemos aceptado todos los desafíos, trabajando y desarrollando nuevos productos, nuevos tamaños, nuevos sistemas de trabajo y, no desde poco, nuevos tipos de organización del trabajo. Casi todo ha sido experimentado primero en Pedavena y después enseñado a los demás sitios.
¡Ahora este enorme patrimonio de cultura cervecera no sirve más: Lo tiramos!
Parece la eterna historia del maestro superado por el alumno y, como suele suceder, una vez superado el maestro, el alumno olvida…
Me auguro y auguro a todos mis compañeros de trabajo que haya todavía una posibilidad para poder resolver de alguna forma esta situación y hago extensivo mis augurios a todos los habitantes de Pedavena, de forma tal que algún día no se vean obligados a pasar delante la fabrica diciendo "alguna vez aquí hubo una fabrica de cerveza".
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